El cuarzo rosa es tranquilizador, pero también expande el amor. Es como si sacara lo mejor de la persona hacia los demás. La aventurina en cambio trabaja más para dentro. Es capaz de hacer que las emociones revueltas, las inseguridades y el desconsuelo se equilibren. La persona en poco tiempo se sentirá mucho más serena, estabilizada y en su centro. También proporciona autoconfianza y seguridad en uno mismo. Pero hay más...
La aventurina es una piedra muy positiva de prosperidad. Refuerza las cualidades de liderazgo y decisión. Este cristal estabiliza el propio estado mental, estimula la percepción, además potencia la creatividad. Físicamente promueve un sentimiento de bienestar. Equilibra las energías masculinas y femeninas, y favorece la regeneración del corazón. Protege el chacra corazón.
Especialmente la verde es un armonizador general. Vuelve a poner las cosas bajo control y resulta útil en enfermedades malignas. Es una medicina general que ayuda al bienestar y calma emocional.
Ahora entenderéis porque es una de mis favoritas.
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